lunes, 17 de junio de 2019

VENERABLE DOROTEO HERNÁNDEZ VERA

Nuestro Centro, el Hernández Vera, está de enhorabuena y no es para menos. Nuestro fundador, Doroteo Hernández Vera, ha sido nombrado "Venerable". Éste es el primer título que la Iglesia Católica concede a las personas en proceso de canonización. En la Iglesia Católica, un cristiano es declarado "Venerable" cuando se demuestra, durante su proceso de beatificación, que ha tenido una vida conforme al evangelio y el Papa reconoce sus "virtudes heroicas". Este es el paso previo a que sea reconocido como beato, si existe un milagro comprobado.


Doroteo Hernández Vera fue un sacerdote que fundó el Instituto Secular de la Cruzada Evangélica (Titularidad de nuestro Centro) en Cantabria, en plena Guerra Civil española, y fue canónigo de la Catedral de Santander durante 62 años. Su vida sobresalió por su carácter humilde y por el rendimiento que supo sacar de su ministerio en favor de los necesitados. La fundación de la Cruzada Evangélica fue en unos momentos muy difíciles para la población civil, en 1937, en plena contienda. Eran tiempos duros para las clases más necesitadas y Hernández Vera enfocó toda su energía en ayudarles.

En 1942, a raíz del incendio de la ciudad de Santander, muchos niños de familias económicamente débiles, que habían perdido sus casas y con pocos colegios existentes, dejaban sus mejores años en las calles. Preocupado por esto, Don Doroteo promovió la apertura de dos escuelas que atendieran a estos niños. Así comienzan, en la calle del Arcillero, pagando de su pobre bolsillo de sacerdote los gastos de aquella incipiente escuela.

Doroteo Hernández Vera nació en Matute de Almazán (Soria) el 28 de marzo de 1901 en una familia humilde, hijo de Santiago Hernández y Juana Vera. Su padre era guarda de coto y natural de Matamala de Almazán. Por falta de medios económicos, tuvo dificultades hasta para poder llegar a ser sacerdote. Su vida prácticamente estuvo vinculada a Cantabria donde perteneció al clero de la Catedral de Santander por oposición desde 1929 hasta su fallecimiento en 1991: 62 años de servicio. Durante la Guerra Civil española estuvo preso en 1937.

En Santander su labor fue muy fecunda pero no limitó su dedicación a la capital cántabra: después de la Guerra, viendo cómo había quedado toda España, quiso fundar varios colegios y residencias. En Santander, multiplicó su ministerio en la Institución Teresiana, con los jóvenes de Acción Católica y en barriadas obreras como la de Cajo. Además, fue capellán de la prisión provincial, asesor de sindicatos, predicador, misionero popular y colaborador religioso de El Diario Montañés. Fuera de Cantabria, fundó colegios para la gente sin recursos; un ejemplo de ello es la casa para madres solteras en Salamanca que acogía a madres que habían quedado embarazadas y por algún motivo no tenían una ayuda; también la guardería de Madrid y otra casa en Sevilla. Puso en marcha el Albergue de la Merced para reclusas y, posteriormente, la Obra Social Asunción Sánchez en Coslada (Madrid). En su trabajo, en favor de la caridad, figura la apertura de guarderías, dispensarios y hogares de ancianos y su campo de actividad lo culmina creando misiones en Bolivia, Perú y Zaire.

Murió en Coslada el 6 de noviembre de 1991. Sus restos descansan en la capilla del Centro "Asunción Sánchez" de Coslada. El 12 de junio de 2004 se llevó a cabo la clausura del Proceso diocesano de la Causa de Canonización del Siervo de Dios Doroteo Hernández Vera.

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